En medio del estío
vacacional la Delegación Diocesana
de Misiones de la Diócesis
de Mérida-Badajoz ha recibido la grata visita de uno de nuestros misioneros y
no viene de paso, viene para quedarse entre nosotros, regresa a su Diócesis que
lo vio nacer. Como podéis imaginar esta vuelta a su casa produce en nosotros
una grata alegría. Y no vuelve con las manos vacías, no, vuelve con las manos
llenas de una labor larga y ardua desarrollada en tierras hispanoamericanas.
Vuelve recién cumplidas sus Bodas de Oro Sacerdotales.
José María
Galán Becerra, natural de Hornachos, nace el 30 de septiembre de
1.941. Desde pequeño sintió a Jesucristo como algo especial en su vida e ingresa
en nuestro Seminario Diocesano de San Atón donde cursa los primeros años en el
Seminario Menor y la
Filosofía en el Mayor. Los estudios teológicos los realiza en
Madrid en el Seminario Hispanoamericano hoy desaparecido. A lo largo de este
tiempo, principalmente en teología siente la vocación específica misionera. Recibe
la ordenación sacerdotal en la
Diócesis el 27 de junio de 1.965 rigiendo la Diócesis D. Doroteo Fernández y
Fernández
Sus
primeros pasos apostólicos los desarrolla por breve tiempo en Higuera de
Llerena donde es enviado por el Sr. Obispo.
Unidos
a otros cinco compañeros sacerdotes diocesanos son enviados, a través de la
OCSHA a Costa Rica previa petición del Obispo Monseñor Arrieta. A simple vista
podía parecer una frivolidad, una especie de aventura, pero no lo fue,
consistió en una opción. Iban como discípulos-misioneros y testigos del
Evangelio. Arriesgasteis y apostasteis por Jesús y su sueño: “Id por todo el
mundo a anunciar el Evangelio”. Después
de varios años en Costa Rica donde trabaja en diversas parroquias, vive y trabaja durante un buen puñado de años
desarrollando su existencia sacerdotal. Se
traslada a petición del Obispo de la Diócesis de Ponce a Puerto Rico, donde también ha
desarrollado su labor pastoral en diversas parroquias, resaltando su entrega a
formar Comunidades Neocatecumenales. Su
vocación misionera le ha producido grandes alegrías como ha sido el poder
compartir su vida con otros hermanos de diferente cultura.
Tanto en Costa
Rica como en Puerto Rico ha sido muy feliz. La Misión ha llenado el
sentido de su vida y le ha ayudado a sentirse realizado como persona y como
cristiano.
Amigo
José Marí: Estamos muy contentos de tu vuelta, siéntete acogido por esta
Delegación y por la Diócesis
a la que siempre perteneciste. Te deseamos buena estancia junto a tus hermanos,
hermanas, sobrinos y familia.
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