Por parte de la organización de Cristianos sin Fronteras, la acogida fue cercana y calurosa, lo que hizo sentirnos “como en casa “.
Es digno de destacar la integración y participación de todos los que veníamos de las distintas Diócesis de España en la Vigilia de la Luz, donde continuamos celebrando la alegría de la Pascua.
Tras la celebración de la Eucaristía del Envío, el Domingo, los participantes regresamos a nuestras Diócesis de origen, llenos de gozo y alegría, haciéndonos la misma pregunta que los discípulos de Emaús en el Evangelio: “¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba… ? ”
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